viernes, 29 de mayo de 2009

REFLEXIONES DEL OBSERVATORIO SOBRE LAS JORNADAS

Jornadas: RETOS SOCIALES DEL SIGLO XXI

Las personas mayores y los medios de comunicación social

20 y 21 de abril Auditorio CAM de Alicante

Organizadas por CAM, Universidad de Alicante, Jubicam y Observatorio de mayores UA

Sería excesivo mencionar a las casi dos docenas de ponentes que nos contaron sus puntos de vista, experiencias, fracasos, proyectos y realidades, por lo que sólo pondré frases que me llamaron la atención, para que fuera de su contexto y sin mencionar quien las dijo, den una idea, confusa desde luego, de lo que escuché esos días. Ahí van . . . . .

- -"Los mayores se sienten 14 años más jóvenes que su edad real”

<- “En los medios se hacen reportajes sobre asilos, residencias: es aburrido”

<- “Alicante es la provincia con la media de pensión más baja por el tiempo no cotizado en la economía sumergida”

<- ”La sección de cartas al Director se nutre sobre todo de lectores mayores”

<- “Los mayores de 65 representan el 17% de la población, serán el 33% en el 2.050”

<- “Los medios locales son más efectivos al tratar temas de mayores que los nacionales”

<- “Dejar de ser invisibles (los mayores) es fundamentalmente de los mismos”

<- “Los mayores no están exclusivamente con los nietos, en residencias o enfermos, se les ha de presentar en todos los escenarios y actividades en las que se encuentren”

<- “Algunos medios tratan de forma denigrante o prepotente a los mayores”

<- “Los anuncios en los que salen personas mayores suelen tratarles como expertos (cocineros) o tradicionales (no experimentan cosas nuevas)”

<- “El mayor sin inquietudes queda marginado””

<- Las Asociaciones permiten a los mayores encauzar parte de sus conocimientos en el bien común”

<- “Los mayores valoran como consumidores la experiencia personal, la opinión de la familia y amigos y se dejan asesorar por los vendedores”

<- “La familia sigue siendo el núcleo intergeneracional más asentado”

<- “Los mayores jubilados del trabajo, tengan la edad que tengan, suelen tener su tiempo más ocupado que lo tenían en su vida laboral, y atienden a multitud de actividades, como el aprendizaje continuo o el voluntariado”

<- “Los mayores desean ser cada vez más autónomos y el conseguirlo es un proyecto vital”

<- “Nadie es imprescindible pero todos somos necesarios”

<- Los mayores se suman cada vez más a la llamada Sociedad de la Información y del Conocimiento; se les ha de ayudar a formar una Sociedad de personas y no de tecnologías”

Hasta aquí parte de las cosas que fui anotando en esos días. Además de esta gavilla de florecillas diversas, a mi me parece que quedó un buen gusto en los asistentes y espero que en los ponentes por la participación, las experiencias, y sobre todo ha de tenerse en cuenta que el Observatorio de la Universidad lo forman mayoritariamente alumnos de la Universidad Permanente, tutelado desde luego por profesores de la misma.

Es decir que hay mayores que bien dirigidos hacen buenas cosas para la sociedad y sobre todo, para ellos mismos.

Luis Aterido Juárez, 28 de mayo de 2.009


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A PROPOSITO DE LAS JORNADAS

Desde mi punto de vista las JORNADAS se desarrollaron de forma muy correcta y me parecieron un buen escaparate para mostrar a los mayores, activos y nos estamos esforzando por cambiar el en rol que presumiblemente se nos coloca.

Como espero que el año que viene tenga continuidad y que aumente en más contenidos y participantes si es posible, espero que los medios de comunicación tengan más protagonismo y no de forma simbólica.

Lo que a mi juicio me ha faltado es una intervención activa de las agencias de publicidad, sobretodo las que idean o imaginan las campañas que luego venden a las marcas comerciales. Es ahí donde verdaderamente tenemos que batallar, ya que estos ideólogos son los que bien por que están por encima de otras propuestas o bien por su modernidad no contemplan o ignora los mayores como actores principales de sus proyectos, a la hora de presentar ideas a sus clientes o sea las marcas comerciales.

Sería bueno que pudieran estar presentes en la próxima edición y poder abrir un dialogo en que poder aportar nuestras opiniones que puedan reconducir sus actuales propuestas.

Por otro lado los medios escritos no pasaron de una somera conciencia de la forma que se nos contempla.

Espero que cuando podamos aportar nuestro trabajo sobre la prensa escrita, les demos mas pistas que le hagan reflexionar de una manera más positiva y respetuosa y hacer posible que la prensa y la publicidad sean mas integradoras entre todas las edades, sea cual sea la edad.

Carlos Alberto Fernández

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Investigadoras e investigadores, analistas, responsables, activos y activas, trabajadores y trabajadoras, PERSONAS comprometidas MAYORES


Queridos chavales. En las jornadas habéis nos habeis regalado con todos esos valores.

En vuestras intervenciones fuisteis críticos con los medios de comunicación, sí, personas mayores orgullosas de serlo, también, pero sobre todo tuvo mucho valor el que no dudasteis en mostraros como Personas. No bajo el epígrafe de “Personas Mayores”; tan sólo, y como si fuera poco, fuisteis Personas.

En unas jornadas más grises de lo prometido, como personas con vida y sentimientos, hicisteis gala de vuestra humanidad. Fué esa forma tan apabullante de exhibir vuestra presencia lo que por fin permitió que el color, el rotundo color, el rojo de Minelli, invadiera la oscura sala que nos acogía.

Personas que se trasparentaron en todo momento detras de lo que vuestras intervenciónes comunicaban. Un acto de comunicación que dió en la diana gracias a esa trasparencia pues, además de cumplir los objetivos informativos que teniais, nos regaló una sensibilidad entrañable que no había aparecido en los otros gélidos discursos. Y por eso fué mas valiosa vuestra aportación que los datos y las infladas actitudes de otros señores con corbata, expertos rigurosos de pretencioso ego, que estabamos sufriendo en aburrido silencio.

Llevabais tiempo preparando vuestro discurso. Sabíais que erais Personas con poca experiencia a la hora de exhibirse delante del público, como personajes nuevos en un escenario desconocido, empujados a vuestra Opening Night. Y con todo el respeto del mundo hacia vuestra realidad y hacia los demás, preparasteis vuestra actuación al milímetro. Un trabajo minucioso para crear al Personaje que solaparía a vuestra Persona. Y el Personaje surgió; la actuación fué perfecta. Una actuación milagro cogida de la mano de vuestra autentica esencia, aquella que la había hecho posible.

Actores protagonistas, es así, a modo de grandes personajes del cine de Minelli, como os quiero agradecer lo que nos regalasteis.

Tomás, orden y concierto, con la voz pegada al cuello por el respeto que sientes hacia los demás. Alma de rebelde y nervios de Robinsón ante las ya frecuentes y conocidas dificultades que sabes encontrarás en el camino. Organizado y metódico aventurero, tan inquieto como reflexivo...El Kirk Douglas de “Cautivos del Mal”

María Luisa, la Eleanor Parker de “Con él llegó el escándalo” segura de tu seguridad, manejando a tope tu experiencia y tus tablas, humanamente nerviosa por lo acelerado de tu discurso. Crítica y combativa siempre en los fondos de tus ideas y orgullosa de tu solidaridad con todas las empresas en las que te implicas; aportando una enorme pasión y optimismo pero, sin perder los pies en la tierra.

El esquivo Makoko de “El Pirata”, Felipe, sonrisa eterna, en lo dulce y lo salado. Apasionado que busca estár al día en las materias que le gustan y que lucha por dominar. Empujado a machacar estereotipos con un decir juvenil aunque perfectamente adaptado a cualquier público que te escuche. Incitador al destierro de miedos bobos y bastón de apoyo para los que se quieren atrever a abrir esas puertas que continuan siendo tradicionalmente oscuras para este colectivo.

Mari Carmen, la Shirley Mc Laine de “Como un Torrente”, voz quebrada y emocionada, sensible a tu propia realidad. Nos lo transmites con evidencia, regalando una emoción que no te averguenza dejar escapar. Valorando asombrada el descubrimiento de tu hoy. Orgullosa al resaltar que sigues creciendo sin miedo a las novedades que suponen esos nuevos retos que te lanzas de cabeza a abordar. Con humildad y sin ninguna prepotencia .

Isi, la Judy de “Cita en St Louis”, explosión de espontaneidad, adquieres una entrañable posición en tu rol que se muestra alejado de tímidas y bobas vergüenzas. Es lo que hay y así eres. Elevando la voz en tu discurso para tapar esa falta de experiencia que reconoces cuando te descubres hablando para los demás. Recompensada, por un foro que admiró la seguridad y firmeza que hubo en tu discurso tan concienzudamente preparado y ensayado. Con tus ojos abiertos de par en par mirándote y reconociéndote en ese lugar, tan nuevo para ti, pero que pisaste con decisión.

Y por último, el Chevalier de “Gigi”, Carlos, seguro, sin dudas, templado y firme. Transmitiendo la imagen de un experimentado orador, preparado, masculino aunque sin machadas y sensible hasta el limite. Económico con las palabras, tan sólo escupidas con dureza ante aquello que entiendes esencial de tu discurso.

Amigos, colegas, currantes...

El trabajo y la pasión que demostrasteis en las Jornadas es el resultado de vuestra apuesta personal. Tan solo puedo daros las Gracias, por haber recogido nuestro guante y por haber hecho vuestro, con tanto cariño, un proyecto que sin vosotros, no hubiera tenido ningún sentido.


Felizaminelli


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SOBRE LA INTERVENCIÓN DE FERNANDO DELGADO

INAUGURACION DE LAS JORNADAS


En las Jornadas de Mayores y Medios de Comunicación que se han llevado a cabo los día 20 y 21 de abril de 2.009, fue invitado para una charla el periodista y escritor Fernando Delgado. Se pensó en el, entre otros, por ser mayor, y porque al oírlo hablar, parece una persona comprensiva, activa, estudiosa, y que entendería el porque estamos luchando en el Observatorio. Creo que todos nos llevamos una gran decepción. Al preguntarle si se consideraba mayor, dijo que no, por lo que partiendo de esa base, ni habló de mayores, que somos activos, es mas, no habló de casi nada, divagó, creemos que no entendió el porque se le había invitado, no se preparó nada, y por tanto no tenía ni idea de que hablar.

A la vista de ello me pregunto ¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de invitar a alguien? ¿su nombre? ¿sus palabras?, creo que esto último no nos puede valer, ya que si se tiene facilidad para expresarse dirá cosas que no siente, y si es así, que es lo que me temo en el caso que nos ocupa, cómo detectar que el personaje sea como parece, como habla, como dice que siente, y no llevarse una decepción como ha ocurrido con Fernando Delgado.

Para que no vuelva a ocurrir hemos de denunciar este tipo de hechos con el fin de que cuando vayan a algún lugar, bien como invitados, bien como conferenciantes, se estudien antes donde van a dar la charla, o la conferencia, que no se dejen llevar por el titulo, como en nuestro caso “personas mayores”, porque se pueden llevar una sorpresa como creo que sin duda se llevó Fernando Delgado, ya que se encontró con “personas mayores”, si, pero activas, y que no se conforman con lo que les cuentan, o lo que casi no cuentan amparándose en su nombre. Han de ser serios y coherentes con lo que predican y enterarse previamente a donde van para prepararse debidamente.


Maria del Carmen Molina



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JORNADAS

Nosotros somos los “ Investigadores e Investigados”.

Nosotros los mayores dirigidos por los profesores de la Universidad de Alicante, hacemos buenas cosas.

En el comité organizador de las jornadas estaban, entre otras personas, Irene Ramos, profesora de la Universidad de Alicante, y Tomas Escrivá. Nosotros participamos en una mesa redonda donde hablamos sobre nuestra experiencia. Yo concretamente lo hice para hablar sobre las personas mayores en las series de televisión.

Hace dos años que empezamos con el Observatorio, y los profesores, Fernando, Mariló e Irene , cada uno en su especialidad, nos han enseñado los secretos de esta investigación.

Fernando y Mariló, nos hicieron ver y comprender las series de televisión, fueron dándonos ideas para que los compañeros que intervenimos en las jornadas supiéramos como trabajar e interpretar las series.

Irene Ramos tuvo una enorme paciencia al dirigirnos las intervenciones.

Gracias a los tres profesores por habernos hecho sentirnos cómodas en la mesa redonda.



Isidora Lozano

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MAYORES E INTERGENERACIONALIDAD;

SOBRE LA INTERVENCIÓN DE

ANTONIO ARIÑO VILLAROYA

En su intervención Antonio Ariño Villarroya, sociólogo y Vicerrector de la Universidad de Valencia, titulada “Mayores e Intergeneracionalidad, Colaboración Imprescindible”, nos abrumó con las estadísticas y datos de su estudio. Dijo que la sociedad está segmentada por edades y que este es un criterio de fragmentación social. Esta teoría del edadismo perjudica sensiblemente a las personas mayores, ya que se les discrimina negativamente por la edad, mientras que en los jóvenes esa discriminación es positiva.

Afirmó que la autonomía personal es un proceso vital, no un estado, que se guía por el principio de autorrealización y que la autodeterminación es una aspiración. Este último concepto es muy discutible, ya que considerar la autodeterminación como una aspiración y no como una necesidad de toda persona, tenga la edad que tenga, es un error. Creo que sería más adecuado considerarla como una forma de vida que se adquiere en la niñez y se debe mantener a lo largo de la vida. Tan sólo la enfermedad hace que no se pueda tener la adecuada autodeterminación.

En su trabajo considera que los mayores no somos un grupo consumidor, craso error, ya que las personas mayores consumimos más que algunos otros colectivos y nuestro poder adquisitivo como consumidores es mayor, por tener menos deudas que los jóvenes.

El Sr. Ariño hablo de que los mayores no somos un colectivo solidario, olvidándose entre otras acciones, en las que somos pioneros, del papel que juegan los abuelos de este país en la economía con su ayuda, sin la que, en muchas familias, las mujeres no podrían acceder al mundo laboral. Habló, como no, del gasto sanitario que representa para el Estado este colectivo, si bien es cierto este extremo, hay colectivos como los enfermos crónicos que suponen un gasto muy importante y no por ello se les echa en cara cada vez que se realiza un estudio sobre otros colectivos.

A lo largo de su intervención se puso de manifiesto que su estudio estaba más enfocado hacía los jóvenes, campo que domina mucho mejor. Dio una visión globalmente negativa de la edad avanzada, sin considerar la hetereogenidad de este colectivo. Quedó claro que su estudio tenía una visión anticuada de los mayores y que su mensaje era un poco catastrofista.

Maria Luisa Mataix Scasso

Foto componentes 2008-2009

jueves, 28 de mayo de 2009

Gran Hermano; tele realidad y personas mayores

En este Observatorio de Mayores y medios nuestro trabajo debe pasar por seguir una directriz que nos lleve a ir ampliando el ámbito de los géneros televisivos sobre los que aplicar nuestra metodología de análisis. Hasta hoy no hemos trabajado con algunos géneros que ocupan una cantidad enorme de horas de emisión y arrastran a miles de espectadores. Sirva este como un primer acercamiento para comenzar a considerar cual es la realidad de la presencia de las personas mayores en un tipo de programas todavía inexplorados por nuestro grupo de analistas.

De entre todos los espacios televisivos llamados “de entretenimiento” que encontramos en las parrillas de programación, hay algunos que son líderes de audiencia, que mantienen ese liderazgo edición tras edición, y que ejercen un nivel de impacto verdaderamente considerable. Es indudable que llegan a formar parte de la vida cotidiana de la audiencia; intervienen en sus temas de conversación y participan en mayor o menor medida en sus relaciones sociales. Por eso creemos que son programas que crean pautas de comportamiento en sus espectadores.
Estos televidentes, participando del show con sus votos, crean dioses o monstruos; el programa les exige un posicionamiento en cuanto a que deben otorgar la aprobación o el repudio del comportamiento de los concursantes. Esta decisión se mueve condicionada de acuerdo con sus ideologías, de todo tipo, y sus formas de entender la vida. Y es incuestionable que el tipo de imágenes creadas para cada concursante, que terminan siendo aquellas que la productora decide mostrar tras montarlas, tienen un peso esencial en nuestra percepción del programa. Por decirlo de otra forma, el personaje aparece ante nuestros ojos tal y como la productora quiere, ya que ejerce sobre él un filtro que existe en todo montaje de una realidad.

Operación Triunfo, Gran Hermano, Mira quien Baila, Supervivientes, Pekín Express... son los programas de este género que han conseguido mayores cotas de audiencia. Estos programas comparten bastantes similitudes en su formato: todos responden a las reglas de los denominados “Concursos Reality”.
Gran Hermano ha ofrecido su décima temporada. Yo, que he seguido el programa desde su inicio, juro que cada vez que arrancaba una nueva temporada pensaba que esta vez ya no iba a funcionar; que el producto se agotaría porque el espectador dejaría de entregarle sus favores.
Me equivocaba. Cada una de sus ediciones, exceptuando la presentada por Pepe Navarro, ha logrado ser líder de audiencia manteniendo o ampliando su “Share”.

En Gran Hermano 10, por primera vez, uno de sus concursantes ha sido una persona mayor. Mirentxu, con 70 años, ha participado en el concurso, y ha convivido compitiendo contra 15 personas más jóvenes que ella y que estaban más cerca de la adolescencia que de la madurez.



El formato del programa se sustenta sobre la captación en imágenes de esa “convivencia” competitiva las 24 horas del día. De todas esas imágenes, la productora selecciona para mostrar al público aquellos momentos que entienden más significativos en aras del desarrollo del concurso y que evidentemente, buscando conseguir una mayor audiencia, suelen ser las que exhiben algún tipo de confrontaciones entre los concursantes. Al visionar esta selección de imágenes “manipulada” el espectador se posiciona apoyando o condenando el comportamiento de los que intervinieron en los conflictos.

Con ese montaje de imágenes es innegable que se crea un rol concreto y sesgado de cada concursante. Es cierto que la productora no emite nada que no forme parte de la realidad diaria de esa convivencia, pero también es cierto que la realidad ofrecida no es completa y que por lo tanto también se aleja de ser “La Verdad”. Es ahí donde radica una manipulación evidente que Gran Hermano no quiere asumir cuando defiende lo que sin lugar a dudas es su producto/negocio televisivo.
Dejémonos de tonterías sobre las 24 horas a través de Internet; el gran público lo que sigue mayoritariamente (lo que permite que el programa sea rentable y se perpetúe) son las galas y algún resumen diario. La operación se completa con otros programas satélites; los debates o coloquios que se articulan en otros espacios de la misma cadena y abundan sobre el producto potenciando/desarrollando todas esas polémicas con una gran vehemencia y bárbaras salidas de tono.

La imagen que nos ha ofrecido el programa de Mirentxu merece una cierta reflexión por lo curioso del caso.

Mirentxu ha sido mostrada como una señora mayor que se cuida. Mirentxu come de una forma equilibrada, su vestuario y maquillaje son los de una coqueta, hace gala de ser currante, responsable y sociable. Su edad, es decir, su pasaporte al concurso, ha estado presente y ha condicionado su actuación en todo momento. Esa edad ha sido asumida como motor para la existencia de un conflicto; el que podía estallar al enfrentarla con las edades de los otros. Sin embargo Mirentxu encontró su lugar y aportó beneficios para la convivencia.
Mirentxu ha cocinado, ha organizado la intendencia de la casa.

Ha sido el“aya” de ese hogar, la vigilante del orden y la conciencia del respeto a cada individualidad.
Ha sido abuela protectora a ultranza de algunos habitantes de la casa. Emisora de cariño y apoyo para los más necesitados de afecto. Ha repartido besos y abrazos ofrecidos desde el corazón.
Se ha enfrentado a l desorden y a los que suponían una traba para su labor hacia la creación de un remanso de armonía.



Divertida y participativa, la hemos visto borracha, bailando y riendo con los demás durante las fiestas.
Organizó el inicio de la convivencia en el caos lógico del comienzo del concurso. Aportó su experiencia para organizar una casa atendiendo a todo lo que vivir en grupo con desconocidos implica.
Ofreció a los concursantes que tenían dificultades para adaptarse a la situación su lado de abuela mayor o madre simbólica.
Reclamó su espacio y su tiempo. Su necesidad de dormir por las noches y su exigencia de respeto hacia ello fueron sus batallas, que de nuevo estaban cimentadas sobre su diferencia de edad.



Roncó como una mula creando burlas entre los concursantes y los espectadores.
Se tragó una mosca.



Se meó encima de risa; lo convirtió en una anécdota justificada por su edad. Se cayó al suelo borracha hasta las trankas y se disculpó aludiendo a que había bebido algo de whisky para hacer subir su tensión, descompensada por su edad.
Repartió más cantidad de comida entre sus protegidos que entre los otros.
Ha cotilleado, criticado y vendido a sus rivales de la forma más activa y retorcida que ha sabido, mostrando así una total adaptación al funcionamiento del concurso. Pero lo hizo sin reconocer su utilización de las malas artes, ocultándose y tratando de engañar a los demás tras ese rol de abuelita mayor y entrañable incapaz de hacer daño a nadie. Su estrategia para ganar se escondía también tras su edad.

Porque como todos los otros, Mirentxu ha exhibido una estrategia para ganar vendiendo su bondad e inocencia, aunque por detrás no dudaba en manipular y mentir con el fin de llegar lo más lejos posible.

Pero Mirentxu no dimensionó bien su plan; eligió sus apoyos entre las personas que apostaron por ser neutrales ante los conflictos que iban surgiendo; y como líder de los que siguieron esa línea fué la primera que cayó ante el juicio del público. Sus acólitos no tardaron en seguirla al exterior de la casa.
En esta ocasión, el público soberano de Gran Hermano exigió posicionamiento. Pidió que se mojaran y no lo hicieron; así que por esa neutralidad decidieron echarlos a la calle.


Y ya fuera del concurso, otra parte esencial del formato, Mirentxu siguió perdiendo los papeles; desconcertada por el resultado y por lo que se había mostrado de ella en el exterior, se dedicó a magnificar y mentir sobre algunas de las peripecias vividas.



Le traicionó su falta de medida ante unos medios que no dominaba tanto como los otros concursantes, jóvenes teleadictos conocedores al milímetro del programa, y se metió en jardines de los que no supo salir. Mirentxu desveló para la audiencia una imagen muy lejana de la que había exhibido dentro de la casa que se entendió como la verdadera, como la que estuvo oculta en la casa tras la máscara de su estrategia. Y al final ganó su archienemigo Iván; el público le dió la razon y abofeteó a Mirentxu, que de nuevo volvió a extraviar los papeles y mostró su no saber perder.



Mirentxu creo que ha sido tratada por el programa con honestidad; Gran Hermano hizo algunos chistes cutres cimentados sobre su edad, pero en conjunto, el desarrollo que hizo el programa sobre la imagen de esa persona mayor, no fué negativo.


A pesar de ello, Mirentxu ha quedado para el espectador como una figura oscura; la culpa ha sido de su falta de medida sobre el funcionamiento y las reglas que tienen hoy en día los medios y las audiencias. No consiguió llegar a entender que aunque parezca que en estos programas todo vale, no es así, y que el público se desentiende y te abofetea cuando quiere. Y que era muy peligroso, sobre todo para su integridad moral, ponerse a exhibir actitudes radicales, incoherentes y poco humanas.

Mirentxu fué machacada públicamente incluso hasta por la presentadora que no dudó en cebarse con su inexperiencia; tuvo que pagar una factura muy vergonzosa y dolorosa por cometer el error de no haber sabido dimensionar el alcance de lo que creía un simple juego.



Una factura que, afortunadamente por las características del programa, existe tan solo el tiempo que dura la temporada, desapareciendo totalmente de la memoria del espectador. Hoy ninguno se acuerda ya de Mirentxu, del nombre de aquella persona.
Sin embargo, el icono, el rol que Mirentxu representó si ha dejado su poso. Ha fijado la imagen de “vieja enloquecida” que representó. Ha vuelto a perpetuar una idea negativa en el gran público.
Y por último, para Mirentxu, esa factura que generó al participar en Gran Hermano quizás no expire jamás y siempre tenga que arrastrar un peso que le afecte tanto a sus vivencias personales como a su integridad humana y moral. Es el precio.

Felizaminelli